Cáncer Colorrectal: innovaciones terapéuticas y el futuro del tratamiento

Para conmemorar el Día Mundial del Cáncer de Colon y Recto 2025, que se celebra el 31 de marzo, repasamos los avances más prometedores que están transformando la manera en la que la comunidad científica aborda esta enfermedad.

El cáncer colorrectal es el tumor más frecuente en España y Cataluña y el tercero a nivel mundial. Se estima que para este 2024, se diagnostiquen aproximadamente 44.573 nuevos casos en España, con una mortalidad cercana al 40% en estadios avanzados. A nivel nacional, representa la segunda causa de muerte por cáncer. Factores como la edad, el sedentarismo, la dieta baja en fibra y alta en carnes rojas, el tabaquismo y el consumo de alcohol aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. El cribado mediante sangre oculta en heces que se realiza a nivel nacional a hombres y mujeres entre 50 y 69 años ha permitido detectar mediante colonoscopia lesiones premalignas y tumores en estadios iniciales, mejorando la supervivencia.

El diagnóstico se basa en técnicas como la colonoscopia, la biopsia y la tomografía computerizada. Técnicas adicionales como la resonancia magnética o la tomografía por emisión de positrones pueden ser de ayuda en determinados casos.

El tratamiento quirúrgico es el pilar en estadios tempranos, con técnicas más avanzadas como la laparoscopia y la cirugía robótica, que reducen la morbilidad postoperatoria. Pero también pacientes seleccionados con enfermedad metastásica pueden beneficiarse de cirugías en algunas ocasiones. Otras técnicas como la radioterapia, la radiocirugía, las técnicas de ablación como la radiofrecuencia o la microablación y la radioterapia esteroatáxica son tratamientos locales que se pueden usar en el tratamiento del cáncer colorrectal. 

Los tratamientos sistémicos del cáncer colorrectal metastásico han evolucionado mucho en las últimas dos décadas, permitiendo añadir a la quimioterapia convencional opciones de terapias dirigidas basadas en alteraciones moleculares específicas.

Actualmente, el análisis de biomarcadores mediante secuenciación genética u otras técnicas, permite seleccionar estrategias terapéuticas más eficaces y personalizadas. Entre estos biomarcadores se encuentran los genes KRAS, NRAS y BRAF, la inestabilidad de microsatélites y la amplificación de HER2, entre otros. A medida que avanzan las técnicas de secuenciación genética, se descubren nuevas mutaciones y dianas terapéuticas que pueden influir en la evolución de la enfermedad. La identificación de estos subgrupos moleculares ha permitido a los pacientes acceder a tratamientos que antes no se contemplaban en la oncología colorrectal. Los anticuerpos monoclonales, anticuerpos biespecíficos, la inmunoterapia, nuevos fármacos orales y pequeñas moléculas son tratamientos que poco a poco se van añadiendo al repertorio de tratamientos del cáncer colorrectal, permitiendo tratamientos personalizados basados combinaciones con quimioterapia, inmunoterapia y otros tratamientos como la cirugía, las técnicas de ablación o la radioterapia. La valoración centrada en el paciente tiene en cuenta múltiples factores, como son el perfil molecular del tumor, las características particulares de la enfermedad, las comorbilidades y características del paciente, así como sus voluntades, etc. Esto permite realizar un plan terapéutico personalizado para el paciente.

Al margen del desarrollo de nuevos tratamientos, se van perfeccionando técnicas ya conocidas como son las técnicas quirúrgicas y ablativas. En este contexto, merece la pena destacar una opción muy interesante que está en fase de investigación, pero de la cual tenemos ya resultados muy prometedores, es la opción del trasplante hepático en pacientes con metástasis irresecables únicamente a nivel del hígado. Pese que esta opción se podrá ofrecer probablemente a pacientes muy seleccionados y en escasas ocasiones, el trasplante hepático podría suponer una opción que podría cambiar radicalmente su pronóstico.

La biopsia líquida es una técnica novedosa que se está consolidando como una herramienta clave en oncología. La detección de ADN tumoral circulante (ctDNA) permite identificar mutaciones en tiempo real en sangre, lo que nos permite conocer mejor como responde el tumor a los diferentes tratamientos y qué mecanismos de resistencia adquiere ante la presión de estos fármacos. La implementación de estas técnicas permitirá optimizar la selección de tratamientos y reducir la necesidad de biopsias invasivas a los pacientes.

De esta manera, el uso de las nuevas tecnologías, así como de la inteligencia artificial, están permitiendo acelerar enormemente los procesos necesarios para avanzar en la investigación relacionada con el cáncer colorrectal. Sin embargo, estos avances no podrían existir si no fuera por todos los pacientes que han apostado por participar en ensayos clínicos u otros proyectos de investigación, prestando su tiempo, su experiencia, así como sus muestras biológicas para poder, entre todos, entender mejor está enfermedad y poder crear estrategias para combatirla.

Participar en un ensayo clínico puede traer múltiples beneficios, como recibir tratamientos de vanguardia y contribuir al avance de la ciencia para futuras generaciones de pacientes. Además, los ensayos clínicos permiten identificar qué terapias funcionan mejor y en qué pacientes, lo que ayuda a perfeccionar la medicina personalizada y mejorar la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad, así como de sus cuidadores o entorno más estrecho.

Los pacientes interesados en participar en un ensayo clínico deben hablar con su oncólogo para conocer qué opciones están disponibles y si cumplen con los criterios de inclusión. Cada estudio tiene protocolos específicos, pero todos están diseñados para garantizar la seguridad y el bienestar de los participantes mientras se investiga la eficacia de nuevas estrategias terapéuticas.

Otros proyectos de investigación podrían no tener una repercusión tan directa sobre el paciente, pero nos permiten aprender sobre su enfermedad y esto es el motor que nos permite seguir avanzando en ciencia.  Esto se conoce como investigación traslacional, porque resulta del esfuerzo conjunto entre pacientes e investigadores de diferentes áreas, que tienen como objetivo entender la enfermedad desgranando su origen, sus causas y su evolución, para prevenir y tratar cada tumor de forma específica.

El cáncer colorrectal está experimentando una transformación sin precedentes gracias a la medicina de precisión, la inmunoterapia y la inteligencia artificial, pero sobre todo gracias a pacientes comprometidos y a una comunidad científica inquieta. Con el compromiso de tener al paciente siempre en el centro de nuestro trabajo, se está integrando cada vez más su voz en todos los procesos relacionados con su tratamiento y con la investigación. Pacientes expertos, asociaciones de pacientes y organizaciones médicas se involucran a diario para asegurar los mejores intereses para el paciente. 

A medida que la investigación avanza, la esperanza de convertir esta enfermedad en una condición manejable y, en algunos casos, curable, se vuelve cada vez más real. El trabajo conjunto entre múltiples especialistas e investigadores, así como la implementación de nuevos biomarcadores, terapias dirigidas y estrategias inmunológicas, permite cada vez estar más cerca de un tratamiento verdaderamente personalizado que permita mejorar la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con cáncer colorrectal.

Dra. Elena Élez
Oncóloga médica del Hospital Universitari Vall d’Hebron y Jefa del Grupo de Cáncer Colorrectal del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO)

Dra. Marta Rodríguez
Oncóloga médica del Grupo de Cáncer Colorrectal del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO)

Referencias: