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Cada año, el 22 se septiembre se conmemora el Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica, jornada para concienciar la población sobre esta enfermedad de la sangre. La fecha fue escogida por su relación con la enfermedad, puesto que son los cromosomas 22 y 9 los que producen la alteración de las células madres que se encuentran en la médula ósea.
La leucemia mieloide crónica (LMC) representa en torno al 20% de las leucemias que se detectan y su incidencia es de 1 caso por cada 100.000 habitantes. La edad mediana de aparición es de 56 años y rara vez se da en niños, aunque puede aparecer en cualquier perfil de edad. Pertenece a un grupo de enfermedades denominadas neoplasias mieloproliferativas crónicas, la característica común de las cuales es la de una evolución lenta. En general, el diagnóstico tiene lugar en una fase asintomática y poco agresiva denominada fase crónica.
Hasta la llegada de los fármacos actuales, la evolución natural de la enfermedad era la de permanecer en esta fase crónica un periodo de tiempo aproximado de 3 a 5 años, evolucionando posteriormente a una fase acelerada y posteriormente a una fase blástica. La presencia de estas fases aceleradas o blásticas se consideran como las fases más avanzadas de la enfermedad, siente muy similares a una leucemia aguda, y por tanto con muy mal pronóstico. Afortunadamente, gracias a los tratamientos disponibles, la probabilidad de progresión es menor del 10%.
El pronóstico de la LMC ha supuesto un cambio radical en los últimos años. Después de la llegada de los inhibidores de la tirosin quinasa (ITC), fármacos orales con muy buen perfil de toxicidad, la LMC ha pasado de una esperanza de vida de tan solo 5 años en pacientes no candidatos a trasplante de médula ósea, a una esperanza de vida parecida a la de la población general en aquellos pacientes diagnosticados en una fase crónica (que constituyen una amplia mayoría de los pacientes con LMC). Así, hoy en día, la supervivencia global de la enfermedad se sitúa en torno al 90%, siente la mayoría de las muertes no relacionadas con la enfermedad.
Embarazo y la leucemia mieloide crónica
Atendido el excelente pronóstico de la enfermedad y que aproximadamente el 20% de los casos diagnosticados a LMC lo hará en menores de 40 años, el deseo de un embarazo se plantea de forma frecuente en esta enfermedad.
Según la ficha técnica de los ITC, se desconoce su efecto teratogénico (riesgo de malformaciones), y se recomienda evitar-durante el embarazo y antes de la gestación. Sin embargo, cada vez es más grande la experiencia que avala la posibilidad de tratamiento con ITC en el caso de hombres sin ver relacionado con estos efectos teratogénicos.
Actualmente, hay suficiente evidencia de pacientes con LMC en que se ha llevado a cabo un embarazo con normalidad después de un adecuado manejo de la enfermedad.
Fuente: Fundació Josep Carreras