Inicio > Tipos de cáncer > Cáncer de colon y recto

Cáncer de colon y recto

Cuando el cáncer colorrectal se disemina más allá de la mucosa donde se ha originado, se pueden encontrar células malignas en los ganglios linfáticos próximos o bien metástasis en otros órganos. Habitualmente, el primer órgano afectado es el hígado.

El cáncer de colon y recto es de más incidencia si sumamos los casos de hombre y mujeres. Las proyecciones del 2017 incluyen 6.201 casos anuales en Cataluña. Desde 1994, la incidencia de este tumor se incrementa anualmente un 1,3% en los hombres y un 0,5% en las mujeres en Cataluña. La mortalidad se sitúa en 2.659 defunciones anuales, siendo la supervivencia relativa del 56% en hombres y del 61% en mujeres a los 5 años.

 

Los factores de riesgo del cáncer de colon y recto son:

  • La edad (tener más de 50 años)
  • Tener adenomas (pólipos) colorectales
  • Antecedentes familiares de cáncer colorrectal
  • Alteraciones genéticas (enfermedades hereditarias como la poliposi colónica familiar o el síndrome de Lynch)
  • Sufrir una enfermedad inflamatoria crónica (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn)
  • Haber sufrido previamente cáncer colorrectal
  • Dieta abundante en grasas, carne roja y procesada y pobre en verduras y fibra
  • Sedentarismo y sobrepeso
  • Fumar

El síndrome de colon irritable no predispone a tener cáncer de colon y recto.

Participar en las campañas de diagnóstico precoz es fundamental para detectar un caso de cáncer colorrectal en un estadio temprano. La prueba, sencilla y que se puede realizar en casa, permite encontrar restos de sangre en las heces. En caso de que aparezcan, una colonoscopia posterior determinará si se trata de una alteración benigna o de un cáncer.

En Cataluña, la prueba de cribado de este tipo de cáncer está recomendada cada dos años a personas de entre 50 y 69 años.
La detección precoz, además, puede detectar pólipos, que son alteraciones benignas del interior de la tripa, pero que a lo largo del tiempo, podrían volverse malignos. Su detección y extirpación evita esta posible progresión.

El cáncer de colon y recto no suele presentar síntomas en las fases iniciales. Los síntomas que se tienen que consultar con el médico son:

  • Cambio en los hábitos intestinales
  • Diarrea, estrechamiento o sensación que la evacuación no es total
  • Sangre a las heces, oscuridad o roja
  • Materia fecal de menor cantidad o más líquida de la habitual
  • Molestias al abdomen, como por ejemplo dolor, inflamación, presencia de gases, sensación de saciedad y cólicos
  • Pérdida de peso sin motivo aparente
  • Fatiga o cansancio persistente
  • Anemia (bajo nivel de glóbulos rojos) por pérdida de hierro sin causa aparente

El método para diagnosticar estos tumores es la colonoscopia, es decir, la inspección de la tripa gruesa (el colon) mediante un tubo flexible con unas cámaras que se introducen por el ano. La prueba se hace con anestesia y con una preparación previa con laxantes y enemas. Otras pruebas complementarias son:

  • Tacto rectal
  • Sigmoidoscopia
  • Enema de bario de doble contraste
  • Biopsia
  • Analítica de sangre
  • TAC o TC
  • Radiografía de tórax
  • Tomografía por Emisión de Positrones

Los tumores en estadios tempranos y los pólipos benignos que pueden acontecer cáncer en el futuro se pueden extraer durante la colonoscopia y también mediante una laparoscopia (realización de 3 o 4 pequeñas incisiones al abdomen para extirpar los tumores y, si hace falta, los ganglios linfáticos). Por otros tumores, se practica una cirugía que puede ser:

  • Cirugía abierta: mediante un corte al abdomen se extrae el tumor, un parto de tejido sano y ganglios linfáticos. Después, se tendrá que conectar las partes sanas para mantener la continuidad de la tripa gruesa hasta el ano.
  • Estoma: si la conexión no es posible, se tiene que practicar una colostomía, consistente al empalmar el trozo final de tripa a un orificio (estoma) practicado a la piel abdominal. Los excrementos se depositarán en una bolsa adherida a la piel del abdomen.

Se tiene que tener mucho en cuenta los efectos secundarios de la cirugía, sobre todo si se ha realizado un estoma o colostomía, extremando las medidas de higiene.

Otros tratamientos, que serán necesarias dependiente del tumor y estadiaje de la enfermedad, son:

  • Quimioterapia (pre i/o post cirugía)
  • Radioterapia
  • Terapies biológicas
Fuente: Canal Salut / Lliga contra el càncer de Tarragona i les Terres de l’Ebre