Ácido palmítico y cáncer

Recientemente se ha publicado en una de las más prestigiosas revistas científicas un trabajo realizado por científicos catalanes, que supone una excelente contribución al conocimiento sobre las células que originan las metástasis. El proceso de desarrollo de metástasis, por el cual algunas células se desprenden del tumor y se implantan en otras partes del cuerpo es responsable de la mayoría de las muertes por cáncer. En resumen, los autores del trabajo han demostrado que la proteína CD36 es esencial para la aparición y el crecimiento de las metástasis, han desarrollado una estrategia para bloquearla y han observado que, al menos en ratones, las grasas de la dieta intervienen en la progresión del cáncer.

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Los resultados de este trabajo han tenido amplia repercusión en los medios de comunicación. Curiosamente, a pesar de que el hallazgo más relevante sea el conocimiento de los mecanismos moleculares relacionados con las metástasis, el mensaje que más se ha difundido es que «las grasas de la dieta influyen en el cáncer», y específicamente destacan el papel del ácido palmítico en el desarrollo y aparición de las metástasis.

En esta entrada revisamos la relevancia y el alcance real de esta investigación, las principales características del ácido palmítico, y analizamos críticamente sus posibles efectos sobre la salud y en concreto su posible papel en la progresión del cáncer.

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Resumen de la investigación sobre las células iniciadoras de metástasis y receptor CD36

La investigación se basó en el análisis minucioso de muestras de tejido de pacientes con cáncer oral implantadas en ratones, que posteriormente desarrollaron cánceres orales. Los principales resultados fueron los siguientes:

  • Los autores identificaron un grupo de células con gran capacidad de desarrollar metástasis.
  • Una de las principales características de estas células es que tienen gran cantidad de la proteína CD36 en su membrana. Esta proteína es un receptor que permite el paso de grasas en el interior de la célula. La hipótesis de los autores es que esta grasa suministra la gran cantidad de energía que necesitan estas células.
  • Cuando se trasplantaron células con gran cantidad de CD36 a tumores que no tenían esta proteína se observó la posterior aparición de metástasis.
  • Los ratones alimentados con una dieta rica en grasas desarrollaron más metástasis y la cantidad y la medida de estas metástasis estaba relacionado con la cantidad de células con CD36. El mismo resultado se observó en células tumorales expuestas a ácido palmítico.
  • El tratamiento con dos anticuerpos capaces de neutralizar la proteína CD36 inhibió por completo la aparición de metástasis en ratones que todavía no habían desarrollado metástasis, y redujo sustancialmente su tamaño en los ratones que ya habían desarrollado metástasis antes del tratamiento.
  • Finalmente, en datos disponibles sobre cáncer en poblaciones humanas, se ha observado que los tumores de pulmón, vejiga urinaria y mama que tienen la proteína CD36 tienen peor supervivencia.

 

Principales conclusiones del estudio e interpretación de los resultados:

  • La abundancia de la proteína CD36 parece ser un mecanismo bastante general en la metástasis tumoral. Sin embargo, las evidencias del estudio se refieren solo a los tumores de la cavidad oral en ratones.
  • Una línea de investigación derivada de este trabajo es el desarrollo de anticuerpos contra la proteína CD36 para la prevención o tratamiento de las metástasis. Su utilidad en pacientes con cáncer requerirá la demostración de su efecto e inocuidad en estudios específicos (ensayos clínicos).
  • El efecto perjudicial de las dietas ricas en grasas sobre las metástasis observado en ratones no puede extrapolar directamente a poblaciones humanas. Para lo cual se necesitan estudios específicamente diseñados para evaluar este efecto.

 

Ácido palmítico: principales características, fuentes y papel en la dieta

El ácido palmítico es un ácido graso saturado que debe su nombre al hecho que es el componente principal del óleo de palma. Los ácidos grasos son los principales componentes de las grasas de la dieta y son nutrientes fundamentales para el desarrollo y crecimiento del organismo. Los ácidos grasos saturados son una importante fuente de energía del organismo, son necesarios para la absorción de las vitaminas liposolubles y forman parte de las membranas de las células. El ácido palmítico es uno de los ácidos graso más abundante en los depósitos de grasa del organismo, representando el 20-25% del total. El ácido palmítico es también uno de los más abundantes en la dieta de los países occidentales; en España representa aproximadamente el 6% de todas las calorías que ingerimos diariamente.

Cómo se ha comentado el ácido palmítico es el principal componente del óleo de palma (aproximadamente el 44% del total de ácidos grasos), pero se encuentra también en otros muchos alimentos. Está presente en las carnes, tanto la carne roja como la procesada, en los lácteos, tanto en la leche como en sus derivados, especialmente en los de mayor contenido graso como la mantequilla y algunos quesos; y en general en la mayoría de alimentos que contienen grasas, incluyendo los muchos óleos vegetales; por ejemplo el óleo de oliva, a pesar de que su ácido graso predominando es el oleico (mono-insaturado), contiene 10-12% de ácido palmítico. Sin embargo una de las fuentes principales de ácido palmítico son los alimentos preparados.

A causa de su bajo coste de producción así como a sus propiedades de estabilidad y textura, el óleo de palma se utiliza a gran escala en la industria alimentaria para la elaboración de multitud de productos de pastelería, pasteles, salsas, sopas, platos precocinados.

Ácido palmítico: posibles efectos sobre la salud

Para ser un componente relativamente abundante de la dieta habitual, resulta difícil evaluar los efectos sobre la salud del ácido palmítico. Una buena parte de los estudios epidemiológicos se evalúan de forma global el efecto sobre la salud de los ácidos grasos saturados. La Organización Mundial de la Salud establece como cantidad recomendable del consumo de grasas en adultos un rango del 20-35% de la ingesta calórica total, limitando la aportación calórica de los ácidos grasos saturados a un máximo del 10%.

En general la limitación del consumo de ácidos grasos saturados se basa sobre todo en sus posibles efectos desfavorables sobre las enfermedades cardiovasculares, a pesar de que los estudios más recientes tienden a minimizar los resultados previos. En todo caso, algunos estudios han mostrado que, comparado con otros óleos vegetales como el de oliva o girasol, el consumo de óleo de palma presenta un perfil lipídico (colesterol total y LDL) ligeramente menos favorable.

Por el que hace el riesgo de cáncer, hay multitud de estudios experimentales que sugieren una fuerte asociación entre una dieta rica en grasas y el riesgo de cáncer. Por otro lado se han realizado multitud de estudios epidemiológicos que han considerado esta asociación; si bien algunos estudios indican que podría haber un posible riesgo, especialmente para las grasas saturadas, hay gran variabilidad de resultados. En las revisiones más recientes realizadas por expertos no se incluye la ingesta elevada de grasas (de ningún tipo) entre los factores nutricionales que pueden ser considerados como causa de cáncer.

En cuanto al posible efecto del ácido palmítico en relación a la progresión de cáncer, los resultados otros estudios experimentales son contradictorios. Por ejemplo, contrariamente al el efecto de promoción de las metástasis observado en el trabajo objete de este post, se ha observado que la ingesta de ácido palmítico puede reducir la progresión de tumores de mama, mieloma múltiple y cáncer de hígado.

Los mismos autores del artículo en cuestión mencionan que el efecto de la proteína CD36 puede ser debido a otros mecanismos o funciones independientes de su actividad como receptor de membrana de ácidos grasos. Además, aunque parece que CD36 interacciona preferentemente con el ácido palmítico, es un receptor por ácidos grasos de cadena larga, y por tanto otras ácidos grasos podrían contribuir a explicar su efecto.

Es posible establecer recomendaciones en cuanto al consumo de ácido palmítico?

En base a los resultados del estudio no es posible encara establecer ninguna recomendación específica sobre las grasas de la dieta como elemento de prevención de las metástasis. Teniendo en cuenta además el resto de evidencia científica disponible no es posible establecer ninguna recomendación específica sobre el consumo de ácido palmítico en la prevención o tratamiento del cáncer. En pacientes con cáncer avanzado cualquier recomendación dietética tiene que tener en cuenta una evaluación de su estado nutricional realizada por un profesional.

Sin embargo, de manera general, se reconoce que las directrices principales sobre nutrición en la prevención del cáncer y dieta saludable suponen una dieta con un consumo relativamente bajo de ácido palmítico. Entre estas recomendaciones se encuentran las siguientes:

• Consumir menos de 500 gramos de carne roja por semana, con una mínima proporción de carnes procesadas. La grasa de las carnes, y especialmente la carne procesada, es una de las fuentes principales de ácido palmítico.

• Limitar el consumo de grasas saturadas (el ácido palmítico es cuantitativamente el principal ácido graso saturado de la dieta) de forma que no superen el 10% del total de la ingesta calórica diaria, y sustituirlas por grasas poli-insaturados. Como la principal fuente de ácidos grasos poliinsaturados es el pez; esto refuerza la recomendación anterior, que apunta a disminuir la carne como fuente de proteínas, grasas y vitaminas de origen animal.

• Se recomienda un consumo elevado de fruta fresca y verdura, y a la vez una disminución de alimentos muy elaborados y con alta densidad calórica. Una de las principales fuentes de ácido palmítico son los alimentos de elaboración industrial, como muchos productos de bollería, pasteles, salsas, sopas, platos precocinados.

Antoni Agudo

Institut Català d’Oncologia

Bibliografía:

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